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Cada día estoy más convencido de que el Universo es un todo
incalculable, y que nosotros somos parte de el, pero más allá de la lógica de
estar presente de forma material en el Universo, me refiero a que tenemos el
Poder de crear todo aquello que nos podamos imaginar; y si nuestra mente que
forma parte del Universo lo puede crear, entonces es posible llevarlo al plano
material (pero no lo sabemos o no lo entendemos). Ciertamente esta filosofía de
vida es un simple comienzo; pero vaya que el horizonte te pone un sinfín de
posibilidades.
Por otro lado, cada vez más «ENTIENDO» cosas que antes me
deprimian; y conociéndome a mi mismo, esta es una palabra que puede sonar cursi
en una persona como yo; pero desde hace un buen tiempo estoy internalizando y
entendiendo que las cosas que he comenzado y no he terminado, o las que he
dejado por circunstancias que en su momento me parecían imposibles de sortear;
o los estados de animo que me han dejado abandonar mis proyectos y metas; que
mi falta de capacidad y liquidez económica me dejaba en un estado catatónico
que no me dejaba proseguir; he allí mis resultados. Es ahora, hoy en día que
puedo asumir sin ningún temor que soy el arquitecto de mi destino; bueno, malo,
poco, mucho, …
Ahora bien, por un lado, me siento conforme porque todos estos
“decibeles” en mi vida me han traido a lo que creo y tengo el día de hoy; y por
otro lado me siento infinitamente inconforme con lo que he logrado. Yo como
parte del Universo he podido tener todo cuanto he querido, ¡pero no lo sabía!
Así que es momento de enfilar mis conocimientos y mis propositos a todo aquello
que me corresponde por derecho irrestricto de ser un con el Universo; solo
tengo que hacer cada cosa de manera eficiente y dedicarme consciente y
fervientemente a hacer cada cosa por más insignificante que parexca en el mundo
material, de la manera más precisa en busca de que cada acto de cómo resultado
algo excelente.
Hay que tener siempre presente que cada fracaso es un comienzo; el
hombre nace, crece, se repoduce y muere… pero el ciclo continúa, no se detiene,
y no nos hemos fijado, pero desde ésta perspectiva, el crecimiento del hombre es exponencial y
nosotros nos quedamos anclados en el dolor de que alguien se ha ido, sin
trascender en que esa persona que deja de existir, vuelve a ser materia y
regresa a este mundo material convertido en muchos más; y en este momento me
vienen a la mente las palabras de Julián Apaza más conocido en la historia como
Túpac Katari, cuando lanzaba su grito: “Yo moriré, pero volveré siendo
millones”. Los indígenas Mayas, Aztecas, y otros, tenían amplios conocimientos
del Poder del Universo. Despojando de todo tílde revolucionario, guerrerista,
de odio (legítimo o no), el grito de Túpac Katari nos habla del principio de
que cada término trae consigo un comienzo, la vida continúa en otro ciclo, el
Universo es infinito y no se detiene, solo nosotros los que solo vemos el mundo
material, tenemos y vivimos desde el paradigma de que morimos y se acaba la
vida. Nada más alejado de la realidad omnisciente, omnipresencia y de la
ubicuidad. Entonces, porque no puede ser exponencial nuestra capacidad de crear
en el mundo material si este es un reflejo de lo que pensamos y creemos; y es
justamente en este punto donde debemos reflexionar.